RE: A charlar
Publicado: Abr 29, '16, 01:41
Os voy a contar algo, el sabadete pasado me rechazaron una rosa. Es una historia curiosa, y deseo que os mole.
Alla va:
El sábado anterior, disponía de mi casa para mi entera disposición, por lo que no hay mejor momento para preparar una buena fiesta.
Alcohol, pizzas, música en la tele dolby surround stereo envolvente reverberante rompe tímpanos motivante... En fin, esas cosas de fiestas en casas.
La situación marchó bien, todo salió perfecto y mis huéspedes salieron contentos, no hay mayor regalo para un servidor, el anfitrión.
La noche era joven, así que la fiesta había de continuar. De camino a los bares conversaba con entusiasmo con mis amigos con un feedback que solo te da la dosis adecuada de alcohol. Al llegar a la zona donde concurren estos bares, recibí la llamada de un amigo, mi sorpresa al contestar una mujer no me la quito nadie:
-Hola, quien eres?
+Me has llamado con el móvil de mi amigo y no sabes quién soy?
-No, esta €%%#%: contigo?
+Si, pero qui...
-Pásamelo
+... Te lo concedo pues
Pasé el móvil a mi amigo de al lado, que respondió dando nuestra ubicación y preguntando por la de la chica. Acordamos un punto medio y allí acudimos.
Al llegar allí, junto a los amigos con los que me iba a reunir, se encontraban dos damas. Una de ellas, vestida con una camiseta de tirantes, rodeada de mis amigos que parecía que no se percataban que se estaba helando. No medie saludo alguno, me quite mi chaqueta y la coloqué en los hombros de la joven, mientras los ojos de mi grupo se fijaban en mí. Soy un galán, no esperéis menos de vuestro narrador .
La noche avanzó, la chica parecía no percatarse de mi, ni siquiera me dijo hola ni quiso saber mi nombre, incluso ni me miró. Tampoco soy un monstruo joder...
Cansado de esperar, me acerqué a ella aprovechando que estaba teniendo una aburrida conversación con un amigo. No recuerdo porque, pero estaban hablando de política, así que cambié a un tema tabú también, religión. A pesar de ser alguien muy callado en persona, se como dirigir una conversación y fui tocando un poco el corazón de la muchacha, sacando información útil, y todo a partir de hablar de religión, señores.
Abandonamos el bar y fuimos a la discoteca, el DJ era pésimo, como todos los de esta provincia... Me puse a enseñar a la fémina unos pasos de suffle a pesar de no pegar con la música, con lo que llame la atención de 2 sujetos que me felicitaron por mi forma de moverme. La chica vio a una china que vendía rosas, e hizo una coña sobre lo bonito que es que se regalen rosas.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro y llame a la vendedora para que me recomendase una flor para la chica. Cogí una frágil rosa y me dispuse a dársela a la chica, que cubría su rostro avergonzada. Su excusa para no aceptarme tan bonito regalo fue que era alérgica a las rosas... Minutos después se acurrucó en una esquina sintiéndose mal por rechazar mi presente. La consolé y la dije que no pasaba nada, que hay un montón de tías en la disco (ZASCA) ;D
El resto de la historia es más interesante, pero es más personal, y no, no pasó nada con la mujer, se fue a casa sin mi rosa, y yo también...
Alla va:
El sábado anterior, disponía de mi casa para mi entera disposición, por lo que no hay mejor momento para preparar una buena fiesta.
Alcohol, pizzas, música en la tele dolby surround stereo envolvente reverberante rompe tímpanos motivante... En fin, esas cosas de fiestas en casas.
La situación marchó bien, todo salió perfecto y mis huéspedes salieron contentos, no hay mayor regalo para un servidor, el anfitrión.
La noche era joven, así que la fiesta había de continuar. De camino a los bares conversaba con entusiasmo con mis amigos con un feedback que solo te da la dosis adecuada de alcohol. Al llegar a la zona donde concurren estos bares, recibí la llamada de un amigo, mi sorpresa al contestar una mujer no me la quito nadie:
-Hola, quien eres?
+Me has llamado con el móvil de mi amigo y no sabes quién soy?
-No, esta €%%#%: contigo?
+Si, pero qui...
-Pásamelo
+... Te lo concedo pues
Pasé el móvil a mi amigo de al lado, que respondió dando nuestra ubicación y preguntando por la de la chica. Acordamos un punto medio y allí acudimos.
Al llegar allí, junto a los amigos con los que me iba a reunir, se encontraban dos damas. Una de ellas, vestida con una camiseta de tirantes, rodeada de mis amigos que parecía que no se percataban que se estaba helando. No medie saludo alguno, me quite mi chaqueta y la coloqué en los hombros de la joven, mientras los ojos de mi grupo se fijaban en mí. Soy un galán, no esperéis menos de vuestro narrador .
La noche avanzó, la chica parecía no percatarse de mi, ni siquiera me dijo hola ni quiso saber mi nombre, incluso ni me miró. Tampoco soy un monstruo joder...
Cansado de esperar, me acerqué a ella aprovechando que estaba teniendo una aburrida conversación con un amigo. No recuerdo porque, pero estaban hablando de política, así que cambié a un tema tabú también, religión. A pesar de ser alguien muy callado en persona, se como dirigir una conversación y fui tocando un poco el corazón de la muchacha, sacando información útil, y todo a partir de hablar de religión, señores.
Abandonamos el bar y fuimos a la discoteca, el DJ era pésimo, como todos los de esta provincia... Me puse a enseñar a la fémina unos pasos de suffle a pesar de no pegar con la música, con lo que llame la atención de 2 sujetos que me felicitaron por mi forma de moverme. La chica vio a una china que vendía rosas, e hizo una coña sobre lo bonito que es que se regalen rosas.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro y llame a la vendedora para que me recomendase una flor para la chica. Cogí una frágil rosa y me dispuse a dársela a la chica, que cubría su rostro avergonzada. Su excusa para no aceptarme tan bonito regalo fue que era alérgica a las rosas... Minutos después se acurrucó en una esquina sintiéndose mal por rechazar mi presente. La consolé y la dije que no pasaba nada, que hay un montón de tías en la disco (ZASCA) ;D
El resto de la historia es más interesante, pero es más personal, y no, no pasó nada con la mujer, se fue a casa sin mi rosa, y yo también...